miércoles, 15 de diciembre de 2010

Radio Arucas en 107.1

El programa El Barrio,Cómo responder a la pregunta: ¿quiénes son los reyes magos?

La sicóloga social Marcel Zanetti aborda diferentes situaciones relacionadas con estas fiestas. La angustia por la ausencia de un ser querido, los problemas ecónomicos o cómo respoder a la pregunta de nuestros hijos sobre la existencia de los Reyes Magos son algunos de los aspectos que tratamos en la entrevista
http://www.ivoox.com/como-responder-a-pregunta-quienes-son-los-audios-mp3_rf_459595_1.html

Nuestra colaboradora en el programa El barrio', la psicóloga Marcela Zanetti, ha enviado esta carta de los Reyes Magos de Oriente dirigida a los padres:

Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo , le dijo:

-¿Papá? Quero que me digas la verdad

-Claro, hija. Siempre te la digo respondió el padre un poco sorprendido

-Papá, ¿existen los Reyes Magos?

El padre se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.

-Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?

La nueva pregunta le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo: -¿Y tú que crees, hija?

-Yo no se, papá, por un lado me parece que sí existen, por que tú no me engañas; pero como las niñas dicen eso...

-Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...

-¿Entonces es verdad?-¡Me habéis engañado!

-No, mira, nunca te hemos engañado porque lo Reyes Magos sí que existen-respondió el padre.

-Entonces no lo entiendo papá.

La niña se sentó y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió ser la verdadera historia de los Reyes Magos:

-Cuando el niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una estrella se acercaron al portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

-¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.

-¡Oh, sí! Exclamó Gaspar -.Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo. Baltasar el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:

-Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños.

¡Pero seria tan bonito!

Los tres reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el portal:

-Sois muy buenos, queridos Reyes y agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿Qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?

-¡Oh, Señor! dijeron los tres Reyes, postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.

-No os preocupéis por eso. dijo Dios. - Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.

-¡Sería fantástico! Pero, ¿como es posible? - dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.

-Decirme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? preguntó Dios.

-Sí claro, es fundamental.

-Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?

- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje.

-Puesto que así lo habéis querido y para que el nombre de los tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, Yo, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en nuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen.

También ordeno que, mientas los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientes mayores para entender esto, los padres les contaran esta historia. Y a partir de entonces, en todas las navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

Cuando el padre terminó de contar esta historia, la niña se levanto y dando un beso a sus padres dijo:

-Ahora sí que lo entiendo todo papá y estoy muy contenta de saber que me queréis y no me habéis engañado, y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:

-No se si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré mas dinero.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el cielo, Tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

F.RArucas

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