Radio Arucas emitirá el próximo lunes a las 12 horas el documental radiofónico “El naufragio del Valbanera”.
En septiembre de 1919 tenía lugar la desaparición del trasatlántico español de la naviera Pinillos “Valbanera” cerca de Cayo Hueso (Florida, Estados Unidos), con un saldo de 488 víctimas y ningún superviviente, convirtiéndose desde entonces en el mayor desastre de la marina mercante española. Una honda conmoción recorrió los lugares de origen de aquellos marinos y pasajeros que viajaban a bordo del infortunado barco. Canarias fue el lugar donde más impacto tuvo la tragedia, dado que aproximadamente la mitad del pasaje procedía del archipiélago. Eran emigrantes. Campesinos pobres –jóvenes en su mayoría– que huían de la nefasta situación económica que se sufría en las islas. Buscaban convertirse en mano de obra de los grandes ingenios azucareros cubanos, ahorrar dinero y poder retornar a Canarias unos años después, comprar tierras o abrir algún negocio y poder escapar así de la miseria que padecían. De este modo, mediante enormes esfuerzos familiares que permitiesen el pago del pasaje, la juventud canaria se lanzaba a cruzar el océano a bordo de los “barcos de la emigración”. El Valbanera era uno de esos barcos. Un vapor mixto que durante los trece años que estuvo en servicio llevó y trajo a las gentes que fueron y vinieron de la experiencia migratoria. El Valbanera conectaba varios puertos españoles con Canarias, Puerto Rico, Cuba y Estados Unidos. Un barco espartano en que los emigrantes que buscaban la prosperidad en la isla antillana viajaban durante semanas, hacinados en los entrepuentes y bodegas cual si fuesen mercancías. La mayoría de quienes emigraron a Cuba regresaron. Otros quedaron allí. Y algunos tuvieron la desventura de perecer en alguno de los numerosos naufragios que se dieron en aquellos años. Fue el caso de los canarios que quedaron a bordo del Valbanera una vez éste zarpó de Santiago de Cuba el 5 de septiembre de 1919. Sorprendidos por un potente ciclón tropical y no pudiendo atracar en el puerto de La Habana, tendrían que vagar mar adentro sufriendo el azote de los vientos huracanados y las olas de hasta catorce y dieciséis metros de altura, hasta que alguna de esas olas hizo que el trasatlántico embarrancase en un bajo de arenas movedizas cerca de la isla de Cayo Hueso. El hundimiento fue instantáneo. Tanto las aguas como las arenas coralinas anegaron el buque. Nadie pudo escapar.
El gobierno español no investigó la catástrofe y tampoco se hizo nada por la recuperación de los cuerpos. Desde entonces, el recuerdo del Valbanera quedó preterido de la remembranza oficial y solo pudo habitar los espacios de la memoria de los familiares de las víctimas y los del acervo popular.
F.Ernesto
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