El periodista Ángel Tristán Pimienta reflexionó en el programa La Trapera de Radio San Borondón sobre la vejez y el maltrato que sufren muchos ancianos en centros privados como hemos podido observar en las últimas fechas y denuncia la falta de sensibilidad, de cariño y de justicia por parte de las instituciones con respecto a la vejez, que han dejado la asistencia a nuestros mayores como una cuestión sin importancia porque no les reporta grandes beneficios electoralmente hablando.
Ángel Tristán dijo que la inversión en todas las cuestiones que afectan a la vejez no es rentable electoralmente, puesto que normalmente las personas mayores ya tienen de antemano decidido su voto y aquellos que no están en condiciones de votar, no lo hacen, y es ahí en donde debemos situar parte de la indiferencia que demuestran algunos partidos políticos y algunos dirigentes con respecto a las personas mayores.
Afirma que es un dato escalofriante el hecho de que en Canarias hay más de 30.000 personas esperando por las ayudas de la Ley de la Dependencia, de las cuales, la mayor parte son personas mayores, independientes por antonomasia a partir de una determinada edad, pero debemos añadir que las listas de espera de las residencias para mayores públicas o concertadas da para años, siendo un hecho que hay muchas personas de más de ochenta años que no pueden esperar años para entrar a una residencia por cuestiones biológicas, ya que mueren por desgracia mientras esperan.
Desde su punto de vista, esta realidad está ocasionando un drama tremendo a las familias, dicho lo cual sostiene que antes no concurrían estas circunstancias porque sencillamente la sociedad era completamente diferente, sobre todo si tenemos en cuenta que las mujeres mayoritariamente no trabajaban fuera de la casa o porque en cada familia solía haber una hija que se encargaba del cuidado de sus padres cuando eran mayores, cuestiones que ahora no existen, sobre todo si tenemos en cuenta que el encarecimiento de la vida y para acceder a algunos bienes corrientes el conjunto de la familia se ve obligado a trabajar.
La situación actual de las personas mayores en las islas es una cuestión totalmente preocupante porque a lo dicho de las familias, que se ven obligadas a trabajar todos sus miembros sin poder dejar espacio para el cuidado de sus mayores, debemos sumar que por cuestiones económicas se han cerrado muchas residencias de mayores públicas y muchas de las que quedan se ven obligadas a prestar servicios con unos presupuestos indignos, y aunque bien es cierto que han aparecido residencias privadas, las cuales no están al alcance de la mayor parte de nuestra sociedad debido a que los costes por persona pueden rondan los 2.000 euros.
Tristán Pimienta insiste por tanto en que hablamos de un drama importante porque con las irrisorias pensiones que tiene la mayoría de los ancianos de las islas no
se pueden pagar residencias de mayores privadas, pero además en torno a estas residencias se ha conformado un negocio cuanto menos oscuro, ya que hablamos del enriquecimiento a costa de los últimos años de una buena parte de la sociedad
En definitiva, el periodista denuncia la falta de sensibilidad, de cariño y de justicia por parte de las instituciones con respecto a la vejez, que han dejado la asistencia a nuestros mayores como una cuestión sin importancia porque no les reporta grandes beneficios electoralmente hablando
El audio en este enlace
http://sanborondon.info/_fonoteca/cortes/12_01_17_angel_tristan_pimienta.wma
F.RSBorondon
Afirma que es un dato escalofriante el hecho de que en Canarias hay más de 30.000 personas esperando por las ayudas de la Ley de la Dependencia, de las cuales, la mayor parte son personas mayores, independientes por antonomasia a partir de una determinada edad, pero debemos añadir que las listas de espera de las residencias para mayores públicas o concertadas da para años, siendo un hecho que hay muchas personas de más de ochenta años que no pueden esperar años para entrar a una residencia por cuestiones biológicas, ya que mueren por desgracia mientras esperan.
Desde su punto de vista, esta realidad está ocasionando un drama tremendo a las familias, dicho lo cual sostiene que antes no concurrían estas circunstancias porque sencillamente la sociedad era completamente diferente, sobre todo si tenemos en cuenta que las mujeres mayoritariamente no trabajaban fuera de la casa o porque en cada familia solía haber una hija que se encargaba del cuidado de sus padres cuando eran mayores, cuestiones que ahora no existen, sobre todo si tenemos en cuenta que el encarecimiento de la vida y para acceder a algunos bienes corrientes el conjunto de la familia se ve obligado a trabajar.
La situación actual de las personas mayores en las islas es una cuestión totalmente preocupante porque a lo dicho de las familias, que se ven obligadas a trabajar todos sus miembros sin poder dejar espacio para el cuidado de sus mayores, debemos sumar que por cuestiones económicas se han cerrado muchas residencias de mayores públicas y muchas de las que quedan se ven obligadas a prestar servicios con unos presupuestos indignos, y aunque bien es cierto que han aparecido residencias privadas, las cuales no están al alcance de la mayor parte de nuestra sociedad debido a que los costes por persona pueden rondan los 2.000 euros.
Tristán Pimienta insiste por tanto en que hablamos de un drama importante porque con las irrisorias pensiones que tiene la mayoría de los ancianos de las islas no
se pueden pagar residencias de mayores privadas, pero además en torno a estas residencias se ha conformado un negocio cuanto menos oscuro, ya que hablamos del enriquecimiento a costa de los últimos años de una buena parte de la sociedadEn definitiva, el periodista denuncia la falta de sensibilidad, de cariño y de justicia por parte de las instituciones con respecto a la vejez, que han dejado la asistencia a nuestros mayores como una cuestión sin importancia porque no les reporta grandes beneficios electoralmente hablando
El audio en este enlace
http://sanborondon.info/_fonoteca/cortes/12_01_17_angel_tristan_pimienta.wma
F.RSBorondon
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