Las autoridades dicen que no se deja pasar a los periodistas españoles por motivos de seguridad, pero los marroquíes e incluso una periodista francesa de Le Monde están informando perfectamente desde allí.
El Aaiún es, según han contado nuestros enviados especiales, una ciudad ahora muy distinta. Según Nicolás Castellano, quien ya ha estado allí varias veces, "normalmente está llena de gente y bullicio, pero ahora está en silencio y asediada por la policía antidisturbios".
Àngels Barceló también ha informado de que, "en la multitud de controles para llegar a la ciudad, siempre hay una pregunta: ¿Qué profesión tienes?". Todo el mundo tiene dificultad para moverse, especialmente los extranjeros.
Aunque por la noche ha estado absolutamente desierta, según informan nuestros enviados especiales, con la llegada del día en la capital saharaui empieza a oírse algo más de circulación de coches. Los antidisturbios siguen apostados en cada esquina de la ciudad.
Cualquier movimiento es mucho más complicado a la luz del sol, aunque la gente empieza a salir a la calle y las tiendas comienzan a abrir. Ya circulan coches, pequeños taxis, camiones y autobuses.
Las calles están tomadas por la policía
"Desde nuestra llegada", ha explicado Nicolás Castellano, "hemos encontrado furgones antidisturbios armados y equipados junto al aeropuerto". "E incluso bloqueaban el acceso a la Minurso, la misión de la ONU para el Sáhara Occidental", ha añadido, "para que ningún saharaui informe de nada de lo que pasa".
Los saharauis se quejan de que la fuerza internacional no hace nada por ellos en materia de derechos humanos ni cuando surgen los disturbios. Algunos llegan a decir que no sirven para nada. Además, se sienten continuamente vigilados por las fuerzas de seguridad marroquíes.
Nadie se atreve a hablar porque "las llamadas", tal como cuenta Àngels Barceló, "están siendo intervenidas y sus vidas corren peligro".
Los enviados especiales explican que, aunque ha habido otros episodios de enfrentamiento con Marruecos en el Sáhara Occidental, nada comparable a lo que están viviendo en esta ocasión.
Normalmente, El Aaiún es una ciudad bulliciosa, con cafés, pero anoche era una ciudad desierta. Con el amanecer recupera cierta normalidad y sus sonidos empiezan a mostrar que la ciudad despierta.
En cuanto a las cifras de muertos aportadas por los movimientos pro saharauis, es difícil hablar de datos. La SER no ha podido confirmar las decenas de muertos de las que hablan esas fuentes y seguimos a la espera de recibir los datos. "También nos gustaría", informa Àngels Barceló, "que las autoridades marroquíes nos dieran su versión
F.CSer
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