“¿Debe la BBC continuar siéndolo todo para todo el mundo?”. Esa es la
pregunta que ha lanzado hoy John Whittingdale, ministro de Cultura
británico, al presentar en el Parlamento
el documento que ha elaborado el Gobierno sobre el futuro de la radiotelevisión pública y que servirá de base para reformar el estatuto constitutivo de la entidad, cuando el vigente venza en diciembre de 2016.
Lo que propone el Gobierno conservador es una reforma de la entidad,
referencia mundial de radiotelevisión pública de calidad, sin
precedentes en los últimos años. El documento, de 85 páginas, cuestiona
la dimensión, los contenidos y los objetivos de la corporación; su
sistema de financiación y su regulación interna.
La escala y el alcance de la BBC han crecido exponencialmente en la
última década, señaló Whittingale, y es hora de preguntarse “si son los
adecuados para el contexto presente y futuro de medios de comunicación”.
Una de las tareas prioritarias, ha dicho, es determinar “si la idea
de universalidad sigue siendo válida”. Existe una preocupación, dijo el
ministro, sobre el impacto que tienen las actividades de la BBC en sus
rivales comerciales que, en un entorno digital, incluyen también a los
periódicos.
Whittingdale defendió que los programas de la BBC deben ser
“diferentes” y que la corporación no debe guiarse por las mismas
prioridades, de maximizar las audiencias, que rigen en las compañías
comerciales. “Esto no quiere decir que la BBC deba renunciar al
entretenimiento”, aclaró. “Debe ofrecer una programación diferenciada en
todo el espectro de géneros”.
El ministro cuestionó la compra de determinados
talent shows, como el popular
The Voice,
que compite con formatos semejantes en otras cadenas, frente a la
producción de productos propios que luego pueden ser vendidos en el
extranjero. “Lo mismo sucede con la web, donde se suscitan dudas sobre
si los contenidos son suficientemente diferenciados de los que
desarrollan otros”, añadió.
Todas las opciones para reformar las operaciones comerciales de la
BBC están encima de la mesa, concluyó. Incluida la privatización, total o
parcial, del servicio
BBC Worldwide,
que explota las marcas de la BBC y comercializa sus programas en el
extranjero para complementar los ingresos que obtiene la BBC a través
del canon televisivo.
Financiación
La BBC se financia principalmente, desde hace 70 años, por un canon
(unos 208 euros anuales) que pagan aquellos hogares que disponen de
televisor. Pero este sistema tiende a quedarse obsoleto a medida que el
consumo se produce cada vez más
online y en distintos soportes.
El canon lleva congelado desde 2010, pero el Gobierno anunció la semana
pasada que empezará a subir con el IPC, para compensar la medida
anunciada en los pasados Presupuestos, que obliga a la BBC a financiar
el canon a los mayores de 75 años, algo que hasta ahora hacía el
Gobierno. Esto supone de hecho un recorte de un 18% en la cantidad que
la entidad obtiene con el canon.
La financiación de la BBC, reconoció Whittingdale, “no tiene una solución fácil”. Pero
el modelo actual es “regresivo” (grava lo mismo a todos los ciudadanos, independientemente de sus ingresos).
El ministro planteó el modelo de suscripción como opción a largo
plazo. Y en el corto plazo habló de tres posibilidades: un canon
reformado, un impuesto por hogares o un sistema híbrido.
Regulación interna
El Gobierno pretende revisar el sistema de gobernanza de la BBC, que
en ocasiones “ha estado muy por debajo de los estándares exigibles”. El
ministro mencionó la gestión del escándalo de abusos sexuales del
exlocutor Jimmy Savile y determinados fracasos sonados en inversiones en
proyectos tecnológicos. El Gobierno se plantea varias opciones. Entre
ellas, trasladar las funciones del
BBC Trust, el consejo independiente que ahora rige la corporación, a Ofcom, regulador de las comunicaciones en el Reino Unido.
Sobre la base de este documento y el que presente la corporación, y
con la premisa de un ahorro en los costes, el Gobierno y la BBC deben
negociar el nuevo estatuto que regirá durante los próximos 10 años la
entidad pública. “La BBC es estimada y admirada no solo en este país,
sino en todo el mundo”, ha reconocido Whittingdale. “Cuando funciona
bien, establece los estándares internacionales de calidad”.
F.ElPais