La clase política española está desconcertada: jóvenes, cada vez más numerosos, se agolpan en las calles de Madrid y otras ciudades para protestar contra el fatalismo del desempleo, la corrupción política y los límites del sistema democrático del país. ¿Quiénes son? ¿Qué piden? El informe del corresponsal RFI en Madrid.
Los partidos tradicionales españoles están siendo desbordados por la reacción de miles de jóvenes que han tomado las plazas de distintas ciudades para protestar contra el desempleo y demandar una democracia más auténtica, además de denunciar los abusos de políticos, empresarios y banqueros.
“Una política centrada en las personas y no en los mercados”, “revolución ética”, “derecho al trabajo y la vivienda”, son algunas de las demandas de los jóvenes indignados que integran el movimiento 15 de mayo (15-M) y que por cuarto día consecutivo continúan acampados en la Puerta del Sol y otras plazas españolas a fin de que sus peticiones sean atendidas, después de protagonizar el pasado domingo protestas multitudinarias en al menos 50 ciudades.
A pesar de que la Junta Electoral Provincial de Madrid prohibió al 15-M proseguir con sus acciones en el centro de Madrid ante la proximidad de los comicios municipales y autonómicos que se celebrarán el 22 de mayo, miles de jóvenes desafiaron en las últimas horas a las autoridades manifestándose en la emblemática Puerta del Sol al grito de “No pasarán”, mientras lanzaban consignas contra la corrupción política y económica de un sistema que consideran cada vez más deshumanizado.
Los jóvenes son el principal nutriente de estas rebeliones que buscan también cauces directos de participación ciudadana en la política y que fueron creciendo en este país de manera espontánea, tras la convocatoria de movimientos de reciente creación como democraciarealya y juventudsinfuturo, sobre todo a través de las redes sociales de internet.
“Reivindicamos que las políticas se hagan para las personas y desde las personas. Nuestra democracia está corrompida porque es una dictadura de los dos grandes partidos y de los mercados y los que hemos sufrido la crisis económica tenemos que organizarnos para que cambien las cosas”, señaló a RFI Tomás Muñoz, portavoz de juventudsinfuturo, uno de los movimientos juveniles que promueven las protestas y que declaran su independencia de sindicatos y partidos.
El movimiento 15-M, que ha manifestado su desconfianza hacia la mayoría de los medios de comunicación a los que califican de manipuladores, se ha organizado perfectamente con el fin de que la falta de higiene del campamento instalado en la Puerta del Sol no sirva de excusa para una intervención policial.
Los jóvenes, que se van relevando en sus tareas tras descansar unas horas en tiendas de campaña improvisadas o en sofás y colchones que han traído de sus casas, se han coordinado con los trabajadores de la empresa municipal de limpieza para mantener aseada la céntrica plaza, por lo que desde primeras horas de la mañana se apresuran a recoger los desperdicios tras barrer primorosamente la zona.
También han establecido distintas comisiones (legal, infraestructuras, acción inmediata y alimentación) con el objetivo de garantizar los servicios y suministros y proporcionar la mayor visibilidad posible a la protesta.
La izquierda española está intentando en vano canalizar el descontento juvenil, después de que los promotores del 15-M manifestaran su rechazo hacia los dos grandes partidos españoles a los que considera secuestrados por los poderes económicos.
El gubernamental Partido Socialista Obrero Español (PSOE) exhortó a los jóvenes rebeldes a votar el próximo domingo en contra de la derecha española, mientras el conservador Partido Popular (PP) aseguró que los responsables de las manifestaciones pertenecen a la izquierda anti-sistema y a la extrema izquierda socialista.
En cualquier caso, para los integrantes del 15-M, no existen diferencias entre el PSOE y el PP.
Pero no sólo los partidos tradicionales se han visto superados por la contundente respuesta de los jóvenes. También los analistas han mostrado su desconcierto ante el desencadenamiento de las protestas en un país que se ha caracterizado durante años por su indiferencia y pasividad social a pesar de la grave crisis económica que padece desde 2008 y del elevado desempleo que afecta a más del 20 por ciento de la población y al 45 por ciento de los jóvenes que resienten como nunca antes la falta de oportunidades.
Ningún experto se atreve a hacer pronósticos sobre un movimiento contestatario tan heterogéneo como el del 15-M donde confluyen progresistas y conservadores, ateos y creyentes, jóvenes estudiantes, desempleados, jubilados, obreros, funcionarios, profesionistas y amas de casa cuyo único denominador común es el hartazgo y su pertenencia a una clase media especialmente golpeada por la crisis económica que ha dejado sin salidas a decenas de miles de jóvenes.
También se desconoce la incidencia que estas protestas juveniles tendrán en las elecciones municipales y autonómicas del próximo domingo, en las que las encuestas auguran un derrumbe en las urnas del PSOE por su mala gestión de la crisis y los recortes sociales implementados por el Gobierno socialista.
Por lo pronto, el 15-M ha conseguido hacerse con un espacio privilegiado en plena campaña electoral, tras captar la atención de los medios de comunicación y ha convocado ya a una nueva manifestación en varias ciudades españolas para el próximo sábado, coincidiendo con la jornada de reflexión electoral y advirtiendo que no acatará la decisión de la Junta Electoral Central (JEC).
En las próximas horas la JEC decidirá sobre la legalidad de las concentraciones juveniles, luego de valorar si las protestas pueden afectar a la campaña electoral y a la libertad del derecho de los ciudadanos al ejercicio del voto.
F.RFI
No hay comentarios:
Publicar un comentario